La fuente milagrosa

Ni fu ni fa La fuente milagrosa de Vital Aza LA FUENTE MILAGROSA I A Santa Cruz de Solano, –un pueblecito muy sano muy alegre y muy tranquilo– llegó a pasar el verano el señor marqués del Tilo. Le acompaña su hija Rita, que está anémica la pobre. La corte la debilita y piensan que allí recobre la salud que necesita. Un mes iba transcurrido sin que hallara alivio alguno, y el marqués muy afligido mandó llamar a don Bruno, el médico del partido: –Le he llamado a usted, Doctor, para que a esta niña vea; pues confieso, con dolor, que se encuentra en esta aldea como en Madrid, o peor. –No hay que apurarse, marqués. Tomaré con interés el caso, pues lo merece, y a la chica, me parece que la curo yo en un mes. –¿Es cierto? –No haya impaciencia. Aunque la anemia es un mal muy rebelde, no es dolencia tan grave para la cual no halle recursos la ciencia. Pues que el hierro que ha tomado en cantidad fabulosa ningún resultado ha dado, probaremos otra cosa de...

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