La fontana de oro : 35

La fontana de oro Capítulo XXXIV El complot.- Triunfo de Lázaro de Benito Pérez Galdós Lázaro no pudo tampoco aquel día encontrar a Bozmediano. Su deseo de hablarle, de pedirle cuenta de su infamia, de demostrarle la deslealtad de su conducta y de castigarle sin lástima ninguna, aumentaba a cada hora. Buscole con afán, porque ciertos agravios dan una paciencia y una tenacidad que las más grandes empresas inspiran rara vez al hombre. En la casa le decían constantemente que no estaba; paseaba de largo a largo la calle sin verle aparecer; llegó la noche, y a eso de las diez vio salir a las mismas tres personas de la noche anterior. Eran ellos. Bozmediano, padre e hijo, y el otro militar salieron por una puerta que se abría a un callejón obscuro, y se encaminaron a la plazuela de Afligidos, dando un gran rodeo. Apostose el joven otra vez detrás de la esquina de la calle de las Negras, y les vio entrar en la propia casa. Al poco rato entró otra persona, después...

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