La familia de León Roch : 3-11

La familia de León RochTercera ParteCapítulo XI Excesos del apostolado de Benito Pérez Galdós León salió temprano en la mañana del miércoles a dar una vuelta por el jardín. Al regreso estaba solo en la sala de Himeneo, cuando entró Gustavo. Venía con semblante enmascarado de severidad, la vista alta, el además forense, entendiéndose por esto una singular hinchazón y tiesura debidas aparentemente al hervor de todas las leyes divinas y humanas dentro del cuerpo, de modo que el individuo reventaría si no tuviera el cráter de la boca, por donde todas aquellas materias flogísticas salen en tropel mezcladas con la lava de la indignación. Su cuñado comprendió al punto que venía de malas. -Estaba esperando con mucha impaciencia que fuera de día para hablar contigo -dijo Gustavo con sequedad que anunciaba mucho enojo. -Cuando se tiene tanta impaciencia -replicó León con más sequedad aún-, se enciende una luz y se habla de noche. -¿De noche?... no; temía...

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