La familia de Alvareda Primera parte: 4
La familia de AlvaredaPrimera Parte Capítulo IV
de Fernán Caballero
Primera parte
Capítulo IV
A la mañana siguiente estaba Ana sentada triste y abatida, cuando vio entrar al tío Pedro.
-Comadre, dijo, aquí estoy yo porque he venido.
-Sea para bien, compadre.
-Pero he venido porque tengo que hablaros.
-Hablad, compadre, y, mientras más, mejor.
-Sabréis, comadre, que a ese remolino de Ventura se le ha metido en la chola de ir a que le agujereen el pellejo esos indinos franceses que maldiga Dios.
-¡Jesús! ¡Jesús! compadre; mate Vd. a un enemigo en buena guerra; pero no le maldiga. Perico también pensaba en eso. Es amargo, compadre, es cruel para nosotros; pero es natural.
-No digo que no, comadre (¡mala rabia mate a esos traidores!); pero al fin es mi único hijo, y no quisiera perderle, ni por la España entera. No he hallado sino un medio para sujetarlo, y os lo vengo a comunicar.
Diciendo estas palabras, Pedro se había sentado cómodamente en el gran sillón de...
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