La de Bringas: 38

XXXVIII(La de Bringas) de Benito Pérez Galdós -Pero en fin, me conformo. No he salido mal, pues he salido con ojos. Lo primero es la salud, y lo primero de la salud la vista. Y la verdad es que ese asesino me ha curado bien. ¡Ocho mil realitos! Es muy posible -añadió dando un suspiro e incomodándose levemente-, que si no hubiera sido por tus elegancias, el escopetazo no habría pasado de cuatro mil... Sacó el dinero, hizo poner una carta muy fina y muy cortés, dando las gracias al sabio doctor por su admirable asistencia, y todo, carta y billetes, ¡oh dulces prendas de su alma!, lo introdujo en un sobre magnífico, de los de la oficina. Paquito fue a llevar este segundo recado. Si Bringas veía con tristeza la expatriación de sus queridos billetes, por otra parte experimentaba la satisfacción honda y viva de pagar. Este placer sólo es dado a las personas de mucho arreglo, que al economizar el dinero economizan las sensaciones que produce, y de éstas, se contentan con...

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