La de Bringas: 23

XXIII(La de Bringas) de Benito Pérez Galdós Rosalía oyó esto desde la puerta. Desconcertada al pronto, no tardó en recobrar su serenidad, y dijo riendo: -¿Pues no dice que llevo bata de seda?... Sí, para batas de seda estamos... Ahí tienes lo que te vale asomarte a la ventanita. Todo lo ves cambiado, todo lo ves equivocado; el tartán se te antoja seda, y este color pardo sucio te parece grosella... -Pues yo juraría... -No jures, hijito, que es pecado... ¡Batas de seda...!, qué más quisiera yo... Y salió prontamente. En el Camón mudó la bata que tenía puesta por otra muy vieja, que era la que generalmente usaba... -¿Estás aquí? -preguntó Bringas después de aguardar un rato, durante el cual hubo de dudar si su esposa estaba presente o no. -Aquí estoy... sí -respondió Rosalía contestando apresurada-. El panadero..., hoy no he tomado más que tres libras... -Pues yo juraría... ¿Será que todo lo veo trastornado? -¿Todavía estás con lo de la bata?......

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