La dama duende: Jornada III
La dama duende: Jornada III
de Pedro Calderón de la Barca
Sale DON MANUEL como a escuras, guiándole ISABEL.
ISABEL Espérame en esta sala,
luego saldrá a verte aquí
mi señora.
(Vase como cerrando.)
DON MANUEL No está mala
la tramoya. ¿Cerró? Sí.
¿Qué pena a mi pena iguala?
Yo volví del Escurial,
y este encanto peregrino,
este pasmo celestial,
que a traerme la luz vino
y me deja en duda igual,
me tiene escrito un papel,
diciendo muy tierna en él:
«Si os atrevéis a venir
a verme, habéis de salir
esta noche, con aquel
crïado que os acompaña;
dos hombres esperarán
en el cimenterio (extraña
parte) de San Sebastián,
y una silla». Y no me engaña,
en ella entré y discurrí
hasta que el tino perdí,
y al fin a un portal de horror,
lleno de sombra y temor,
solo y a escuras salí.
Aquí llegó una mujer
(al oír y al...
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