La corona de fuego: 61

25/03/2011 2.176 Palabras

La corona de fuego o los subterráneos de las torres de Altamira de José Pastor de la Roca Capítulo VIII - Última escena del drama ¡Desenlace infernal, grande portento! Cielos y tierra ardieron Hasta el alto y oscuro firmamento... ¡Sublime creación! los siglos vieron. Los mutilados restos que antes fueron Soberbio monumento; Y en sus postradas páginas leyeron Lúgubre encantamento. La tempestad continuaba todavía. El huracán no era tan violento; pero el cataclismo de los elementos parecía recrudecerse más cada vez bajo aquel cielo tenebroso, inflamado por las corrientes eléctricas. La lluvia disminuía progresivamente, y solo sacudía de vez en cuando sendos chaparrones de gotas sumamente gruesas y sonoras como el granizo. Era ya más de media noche; noche lúgubre y desastrosa como la tempestad que la oprimiera. Alfonso vivamente afectado, habíase retirado a unas de las tiendas de su campamento, que permaneciera todavía en el mismo sitio, esperando que cesara la...

This website uses its own and third-party cookies in order to obtain statistical information based on the navigation data of our visitors. If you continue browsing, the acceptance of its use will be assumed, and in case of not accepting its installation you should visit the information section, where we explain how to remove or deny them.
OK | More info