La corona de fuego: 40
La corona de fuego o los subterráneos de las torres de Altamira
de José Pastor de la Roca
Capítulo IX - En el cual desaparece de la escena uno de los actores
Al punto abandonaron
Aquella gruta de oriental portento;
Sobre el cadáver híbrido, sangriento,
Del esclavo pasaron.
Rápidos como el viento,
Y aquel antro infernal abandonaron.
La joven prisionera, cuya emoción llegaba ya a su colmo, sin poder contenerse, cayó, o mejor dicho, se dejó caer sobre un rico almohadón de brocado, pálida como el mármol, y en cuyo semblante lucía, sin embargo, una aterradora sorpresa.
Lanzó un prolongado suspiro, y su vista azorada vagaba errante por todo el ámbito de la gruta, fijándose principalmente y con cierto terror en el punto por donde saliera el conde.
¡Dios mío! exclamó, tu misericordia es grande, pues me salva de mis enemigos.
Lucifer, testigo mudo e invisible de la precedente escena, apareció entonces, trémulo por la cólera y la indignación que le poseyera, a...
Está viendo el 6% del contenido de este artículo.
Solicitud de acceso
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
ACCESO COMPLETO
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
SIN PUBLICIDAD
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
ACTUALIZACIÓN
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales:
Enseñanza
Bibliotecas públicas