La corona de fuego: 12

La corona de fuego o los subterráneos de las torres de Altamira de José Pastor de la Roca Capítulo III - La misa de velación Lució por un el anhelado día Día de maldición... el sol radiante Sarcástico encubría, Bajo un toldo de fuego y de diamante Nubes de horror, de sangre y de agonía. Por último, amaneció el día deseado. Así lo anunció el trino de las canoras aves que, ocultas en la enramada, hacían oscilar los flotantes follajes agobiados por una escarchada lluvia de gotas de rocío. La aurora desaparecía ya en el Oriente entre pabellones de grana y púrpura, bronceando los caprichosos celajes y difundiendo en el horizonte sus esplendentes rayos matutinos. Vino luego el crepúsculo con su claridad luminosa y su alborada brillante, ante la cual eclipsábanse los velos diáfanos de la espirante aurora. Las brisas de Levante embalsamaban el ambiente con el aroma de la campiña, y todo parecía renacer de nuevo tras de una melancólica noche, a la luz y a la...

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