La Conquista del Perú: 26
La Conquista del Perú
de Pablo Alonso de Avecilla
XXV - Conclusión
La ciudad era un campo de batalla por todos sus ámbitos, y las divisiones peruanas avanzaban
vencedoras por todas partes, arrastrando tras sí la victoria y la desolación. Almagro sin
quitarse del frente de los batallones, vencía, refrenando empero a la tropa y conservando la
disciplina, y tendía al rededor penetrantes miradas por descubrir al gobernador, su contrario,
para medir con él cuerpo a cuerpo las armas, y Coya siempre a su lado, inflamaba el valor de los
Peruanos, y les inspiraba valor y denuedo para entonar himnos de victoria, y cantos de libertad.
Huascar, aunque obediente a las órdenes de Almagro, aunque de alma noble y generosa, conduciendo
una división por diversos flancos, llevaba tras sus huellas el exterminio y dejaba sobradamente
conocer que haría la guerra a muerte en lo sucesivo; y en medio de tanto horror recogía
perezosamente la noche su negro manto, la luz del nuevo...
Está viendo el 4% del contenido de este artículo.
Solicitud de acceso
Solicite el acceso a su biblioteca para poder consultar nuestros recursos electrónicos.
Ventajas de ser usuario registrado.
ACCESO COMPLETO
Acceso sin restricciones a todo el contenido de la obra.
SIN PUBLICIDAD
Sólo información contrastada de prestigiosos sellos editoriales.
ACTUALIZACIÓN
Contenidos de renombrados autores y actualizaciones diarias.
La nueva plataforma del Consorcio ofrece una experiencia de búsqueda de fácil manejo y de gran usabilidad. Contiene funciones únicas que permiten navegar y realizar consultas de manera ágil y dinámica.
Convenios especiales:
Enseñanza
Bibliotecas públicas