La Conquista del Perú: 10

La Conquista del Perú de Pablo Alonso de Avecilla IX - Treguas Cansados de matar los invasores en los campos de Cajamalca, se replegaron de nuevo a sus tiendas, cuando los aterrorizados peruanos se habían y encerrado en los muros de la ciudad, y la noche tendía su lóbrego manto por las ensangrentadas arenas. Un inmenso botín fue el fruto de aquella célebre jornada, botín inmenso que excedió con mucho las grandes ideas y esperanzas que los aventureros habían concebido de aquellas ricas playas. El magnífico trono de oro de Atahulpa, la inmensidad de piedras preciosas que cubrían al monarca, a su corte y a sus nobles, todo cayó en poder de los vencedores, que en tan feliz momento se apoderaron, puede decirse, de las riquezas del imperio. Aunque con dulces ademanes y ceremonias el prisionero emperador fue despojado de todas las riquezas con que se engalanaba, diciéndole que aquello pertenecía al grande Rey del Oriente, porque el pontífice Alejandro se lo había...

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