La ciudad

La ciudadanía como distintivo

Viena en el año 1600, grabado de la época. Esta ciudad era la capital de los estados de los Habsburgo y el centro del comercio danubiano.

El ciudadano no es sólo el habitante de la ciudad, sino la persona que tiene esa cultura urbana. Desde los tiempos de Aristóteles a la Revolución Francesa, es considerado como un sujeto con plenitud de derechos, de los que carecen el esclavo y el siervo rústico. Por tanto, la ciudad es ante todo punto de encuentro, centro para el diálogo, la elocuencia o la política. Las calles, plazas y zonas públicas son los espacios más importantes de la ciudad, porque en ellos se realiza la principal función urbana de integración y relación de sus ciudadanos.

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