La catedral : 9

La catedral : 9 de Vicente Blasco Ibáñez Pocos días después del Corpus, una mañana don Antolín fue en busca de Gabriel. El Vara de plata sonreía a Luna, hablándole con aire protector. Había pensado en él toda la noche. Le dolía verle inactivo, paseando por el claustro. La falta de ocupación era lo que le inspiraba aquellas ideas tan perversas. —Vamos a ver—añadió—: ¿te convendría bajar conmigo todas las tardes a la catedral para enseñar el Tesoro y las demás preciosidades? Vienen muchos extranjeros que apenas si se dejan entender cuando me preguntan. Tú conoces su lenguaje: sabes el francés, el inglés y no sé cuántos idiomas más, según afirma tu hermano. La catedral ganaría mucho pudiendo demostrar a esos extranjeros que tiene un intérprete a su disposición; tú nos harías un favor y no perderías nada. Siempre es...

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