La casa de Bernarda Alba: 4

La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca Acto III Cuatro paredes blancas ligeramente azuladas del patio interior de la casa de Bernarda. Es de noche. El decorado ha de ser de una perfecta simplicidad. Las puertas, iluminadas por la luz de los interiores, dan un tenue fulgor a la escena. En el centro, una mesa con un quinqué, donde están comiendo Bernarda y sus hijas. La Poncia las sirve. Prudencia está sentada aparte. (Al levantarse el telón hay un gran silencio, interrumpido por el ruido de platos y cubiertos.) Prudencia: Ya me voy. Os he hecho una visita larga. (Se levanta.) Bernarda: Espérate, mujer. No nos vemos nunca. Prudencia: ¿Han dado el último toque para el rosario? La Poncia: Todavía no. (Prudencia se sienta.) Bernarda: ¿Y tu marido cómo sigue? Prudencia: Igual. Bernarda: Tampoco lo vemos. Prudencia: Ya sabes sus costumbres. Desde que se peleó con sus hermanos por la herencia no ha salido por la puerta de la calle. Pone una escalera y...

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