Juvenilia - Capítulo 17

Juvenilia - Capítulo 17 de Miguel Cané Conocíamos también en el Colegio la existencia de un café clandestino, donde se reunían e jugar al billar Pellegrini, Juan Carlos Lagos, Lastra, Quirno y Terry, a quien Pellegrini corría todas las noches hasta su casa, sin faltar una sola a esta higiénica costumbre. Los combates homéricos del mercado no nos eran desconocidos, ni las pindáricas escenas de la clase de griego, de Larsen, donde éste y su único discípulo, el pobre correntino Fernández, muerto en plena juventud, se disputaban la fama de los juegos Pythios, recitando con sin igual entusiasmo los versos de la Ilíada. En la Universidad se sostenía calumniosamente que el sueldo de la clase de griego se dividía entre Larsen y Fernández pero el hecho curioso es que Fernández, solo en clase, conseguía armar unos barullos colosales, respondiendo imperturbablemente a las imprecaciones de Larsen: "¡No soy yo!" Recuerdo que más tarde, cuando fuimos estudiantes de...

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