Juan Moreira: 17

Juan Moreira El epitafio de Moreira de Eduardo Gutiérrez El día cuatro de mayo, como a las tres de la tarde, entró en el pueblo de Lobos un paisano de aspecto humilde, montando en un magnífico caballo saino colorado. Aquel hombre tenía la cabeza abatida sobre el pecho, como cediendo al peso de una horrible desgracia y no se preocupaba de apurar el pesado tranco de su caballo. El paisano, siempre triste, con la mirada inmóvil sobre la cabeza de su pobre apero atravesó el pueblo por la calle principal, y recién al llegar a la plaza alzó la cabeza, dejando ver una mirada inteligente empañada por el dolor que se revelaba en su actitud sombría y lúgubre ademán. Levantó la cabeza, decimos, y miró a todos lados como para orientarse del camino que debía seguir, camino en que le parecía no estar muy seguro, pues desmontó en un almacén y preguntó por dónde se podía ir al cementerio. Uno de los gauchos que había en el almacén salió afuera, e indicó al paisano...

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