Jóvenes esposos

Llegó el día soñado. El amor eslabonaba al fin ambas existencias en medio del espacio, en medio de la gran fuga del tiempo. ¿Habían amado antes, habían sufrido, gozado, vivido? Ya no lo recordaban. La esperanza de unirse, de vivir solamente el uno para el otro los había torturado por un espacio de tiempo que ningún calendario podía medir, que parecía interminable. Llegó el día soñado. A sus ojos no existía otra cosa que no fuera la meta que se habían fijado, a la cual aspiraban con toda la fuerza del cuerpo y de la mente. ¿Qué ocurría en el mundo? Misterio. Un misterio abandonado sin añoranzas, sin curiosidad. Continentes, estados, países, hombres, amigos, parientes, afectos, vínculos, ocupaciones: todo esto había desaparecido, todo se oscurecía delante del único punto luminoso y vivo: su felicidad. Llegó el día soñado. Escenarios, perspectivas de sueño. Ante sus ojos pasó una sala tapizada de rojo y de oro. Un personaje negro se levantó en un pulpito,...

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