IX. Endurecimiento en el crisol del ostracismo (1850-1854)

Introducción

EN trances como los que Lincoln vive al volver de Washington, una personalidad grande se crece. Se impone decir que en la renuncia lincolniana a la reelección al Congreso en 1850 no todo es idealismo. Hay también mucho de pragmatismo. De alguna manera Lincoln ha comprendido que va a gastar demasiado tiempo y fuerzas. De manera que su experiencia de self-made-man (hombre que se ha hecho a sí mismo) le induce a retirarse, aunque su esposa le incite a seguir luchando porque, para ella, salir de Washington derrotada equivale a un golpe mortal. Quizá presionado por Mary, en parte por cálculo político, Lincoln solicitará, antes de abandonar su puesto, que el general Taylor, presidente electo, liberal como él, jefe de su partido, le conceda el puesto de encargado del Catastro Federal. Es un cargo en el que su experiencia de agrimensor y abogado puede servir, y que, dada la política de «turnos», está de antemano destinado a alguien de Illinois. Lincoln escribe una larga carta a Taylor aduciendo once razones. Escribe cartas a otros miembros del partido solicitando ayuda para la petición. Y son cartas de un buen táctico, de hombre que sabe tocar las cuerdas oportunas.

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