Ivanhoe: Capítulo XXXIV

Ivanhoe de Walter Scott Que de Mombray los crímenes sin cuento recarguen su corcel, y en el momento el caballo al sentirlo, desbocado, arroje al suelo al monstruo detestado. SHAKESPEARE: Ricardo II Figúrense nuestros lectores que están a la vista del castillo o preceptorio de Templestowe una hora poco más o menos antes de librarse el sangriento combate del cual dependía la vida o la muerte de la interesante y desgraciada Rebeca. Hahíase agolpado a presenciar tan terrible escena, como a divertirse en una feria o romería, un numeroso concurso de habitantes de los pueblos circunvecinos. Mas la curiosidad que excitan los espectáculos crueles no es peculiar de los siglos bárbaros. Los duelos solemnes y legales en que un guerrero perdía la vida a manos de otro en presencia de una gran muchedumbre y con tantas formalidades religiosas y jurídicas como si fuera el lance más inocente, eran entonces comunísimos y formaban parte de las costumbres públicas. Pero en nuestros...

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