Ivanhoe: Capítulo XXXI

Ivanhoe de Walter Scott ¡Sombras, dejad a Ricardo, que vuelve ya a ser lo que era resuelto abriéndose paso! SHAKESPEARE: Ricardo III. Volvamos a tomar el hilo de las aventuras del caballero de Ia negra armadura, el cual, habiéndose separado del generoso bandido, se dirigió en derechura a un pobre convento de las inmediaciones, al que había sido trasladado Ivanhoe después de tomado el castillo por el fiel Gurth y el magnánimo Wamba. Es inútil por ahora entrar en pormenores de lo que pasó entre Wilfrido y su libertador: haste decir que después de una larga e interesante conversación el prior de San Botolph despachó mensajeros a diferentes puntos, y que al día siguiente el caballero negro se dispuso a continuar su marcha, sirviéndole el bufón de guía. -Nos veremos-dijo el de lo negro- en el castillo de Coningsburgh, puesto que tu padre va a celebrar en él las exequias de su noble pariente Athelstane. Allí veré a tu parentela y nos conoceremos unos a otros. No...

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