Ivanhoe: Capítulo XXII

Ivanhoe de Walter Scott «Estos seres, divididos del resto de los humanos, tienen contra todos males miles de secretos varios; en los desiertos y bosques, en las selvas y en los prados yerbas y flores diversas se presentan a su paso, que los demás consideran con menosprecio marcado, y ellos su valor acrecen con hábil y diestra mano. » EL JUDÍO DE MALTA. Ya habrán adivinado los más discretos que cuando el caballero de Ivanhoe cayó desmayado a los pies de lady Rowena y parecía abandonado de todo el mundo, obtuvo socorro y asistencia de la hermosa judía Rebeca. Ivanhoe fue llevado por orden suya a la casa que Isaac había tomado a las puertas de Ashby, y ella misma examinó y curó las heridas del caballero. Tomó la bebida que le administró, y como era narcótica y calmante le proporcionó una noche tranquila y sueños agradables. A la mañana siguiente, Rebeca le encontró libre de todo síntoma de calentura y capaz de soportar las fatigas del viaje. Ivanhoe fue...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información