Ivanhoe: Capítulo XVIII

Ivanhoe de Walter Scott «Vamos a recorrer valles y bosques, donde a su madre el cervatillo sigue, donde Ia encina con sus anchas ramas al sol mal que le pese entrar impide. Partamos, que este sitio retirado infunde a los viajeros pavor triste, cuando Cintia sus pálidos fulgores hacia la Tierra a su pesar dirige…» EL BOSQUE DE ETTRICK. Cuando Cedric eI Sajón vio caer a su hijo sin sentido en el torneo de Ashby, su primer impulso fue mandar que le suministraran socorro; pero se le ahogaron Ias palabras en la garganta, y no pudo resolverse a reconocer delante de tan numeroso concurso al hijo a quien había despedido y desheredado. Mandó, sin embargo, a Oswaldo que no le perdiese de vista y que le condujera con dos de sus siervos a Ia ciudad inmediata cuando se hubiera dispersado Ia muchedumbre. Oswaldo no pudo ejecutar las órdenes de su amo, porque cuando se disolvió la turba Ivanhoe había desaparecido. En vano le buscó el fiel copero por todas aquellas cercanías;...

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