IV. Una Arquitectura Diferente

Introducción

LA decoración, decía Perret, siempre esconde un error de construcción. Para el joven ésta era una enseñanza conocida: su amigo Adolfo Loos iba más lejos, para él era un delito. Hay una anécdota que da la dimensión de la audacia constructiva de Perret en la Francia de aquella época. En el ámbito conservador de la Academia de Bellas Artes, un día del año 1909, el profesor de teoría estructural faltó a clase, y fue reemplazado por el ingeniero jefe del Metro de París. «Señores —comenzó su exposición el ingeniero—, tengo la intención de dedicar esta clase a la descripción de un nuevo método de construcción conocido como hormigón armado». No pudo continuar, pues su voz fue ahogada por las exclamaciones de protesta de los alumnos. Un estudiante, alzándose de su asiento, le pregunta a gritos si el conferenciante les tomaba por un grupo de contratistas. El ingeniero abandonó el tema que deseaba tratar y retrocedió sumisamente al estudio de las estructuras de madera de la Edad Media, con lo que la paz volvió al aula.

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