IV. La insurrección general

MIENTRAS Pizarro, o el gobernador, como desde ahora le llamaremos, estaba en Cuzco, le informaron reiteradamente de que una fuerza considerable se hallaba en las cercanías, mandada por Quisquis, oficial de Atahualpa. En vista de ello destacó a Almagro con un pequeño cuerpo de caballería y una considerable tropa de indios mandada por el Inca Manco para dispersar al enemigo y apoderarse de su jefe. Manco estaba tanto más dispuesto a tomar parte en la expedición cuanto que los enemigos eran soldados de Quito que, al igual que su comandante, tenían una gran animosidad contra él. Almagro, con la diligencia que le caracterizaba, no tardó en llegar a donde estaba el jefe indio. Se produjeron varios combates violentos. Finalmente el ejército de Quito se replegó hacia Jauja. Un encuentro general en las cercanías de esta ciudad terminó esta guerra con la derrota total de los indígenas. Quisquis huyó hacia las altiplanicies de Quito, donde resistió algún tiempo con gran valor...

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