IV. De Barcelona a Madrid, pasando por la Nacional de Bellas Artes

Un examen desconcertante

Göteborg Konstmuseum. Retrato de Fernande Olivier (1905).

Ciertamente, el primer paso que Pablo dio en las aulas catalanas fue espectacular y, como siempre, desmedido. Don José había ingresado como profesor en la Escuela de Bellas Artes, instalada en la Casa de la Lonja, y quiso que su retoño, aun no teniendo la edad requerida —estaba entre los trece y los catorce años— fuese aceptado en las clases superiores, de «Antigüedad, Natural, Modelo y Pintura». Por tratarse del hijo de un compañero, la dirección lo admitió al examen preceptivo.

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