Ismael : 55

Ismael : 55 de Eduardo Acevedo Díaz Desde sus claustros de San Francisco, en donde un proseguían sus tertulias cada vez más animadas a medida que aumentaban los ardores políticos del tiempo, los frailes nuestros antiguos conocidos, oyeron anhelantes los ruidos lejanos de la artillería. Contaminados por el espíritu entusiasta de la época, que iba penetrando insensiblemente en los centros más reacios a la innovación, y depositarios exclusivos decirse puede, de la escasa ciencia y conocimientos político-filosóficos de su tiempo, los conventuales entre los cuales había jóvenes de hermoso talento siguieron afanosos los progresos del movimiento revolucionario, comentando paso a paso los hechos que se producían y que hasta ese instante eran coherentes con los ideales acariciados por todo el elemento criollo. No bastaba eso a sus fervores profanos. Desde el principio de la lucha, ellos procuraron por medios sigilosos...

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