Ismael : 38

Ismael : 38 de Eduardo Acevedo Díaz Después de largas marchas pausadas, Ismael y sus compañeros penetraron en lo arduo de la región montañosa regada por hondos canales y lagos, cubierta de morros y crestas, valles profundos, esteros y ciénagas interminables, eslabones y estribaderos erizados de riscos, por cuyas sajaduras y barrancos rodaban gruesos caudales entre espumas mugidoras. Varias veces perdieron el rumbo, en medio de aquellos conos azules, escarpados cerros y red de vertientes; y tuvieron que desandar el camino, para extraviarse de nuevo en una mañana brumosa cerca de las ásperas faldas de Pan de Azúcar. Resolviose hacer allí alto, en tanto Tacuabé descubría el terreno en el flanco que aparecía despejado, y por el que, según pronto lo advirtieron, cruzaba la carretera o camino real. La niebla era muy densa, y no permitía descubrir los objetos sino a breves pasos. Unida a las brumas naturales del...

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