Ismael : 33

Ismael : 33 de Eduardo Acevedo Díaz En la época en que lo presentamos, Frutos era muy joven. Sus veintitrés años no cumplidos, que desbordaban savia, se envanecieron en los primeros días con los honores del mando. Tenía él una hueste para pelear y vencer a los «godos», y era preciso mostrarse jefe. El fuero del caudillo principió a regir; organizó la gente a su manera, y el movimiento ordinario de la mesnada llegó a convertirse a veces en torbellino. Las marchas y contramarchas se sucedían con velocidad extrema; considerables «caballadas» recogidas por doquiera, precipitábanse en ruidoso tropel a retaguardia y a los flancos de la columna; acampábase en sitios donde abundara la hacienda «flor», o sea gorda y selecta, para voltear reses cuya carne hiciese olvidar al soldado sus fatigas; dormíase pocas horas por la noche y quedaba desierto el campamento antes de romper la aurora,...

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