Ismael : 24

Ismael : 24 de Eduardo Acevedo Díaz Entre hombres de esta entraña, buscaron refugió Aldama e Ismael. La selva era una patria libre. Cuando al trote de sus caballos se aproximaban al monte al declinar un día caluroso, vieron en un claro hasta cuatro hombres que echaron pie a tierra, obligando a hacer lo mismo a un soldado del cuerpo de Dragones, mozo de buena planta que vendía salud por lo rollizo y fuerte. El dragón estaba sin armas; los gauchos tenían facones o chafarotes de una longitud asustadora. Estos gauchos eran matreros. A la distancia, por sus largas barbas y cabellos, sus chiripáes y botas peludas, sus sombreros gachos y boleadores anudadas en la cintura, descubríaseles la índole selvática. Se les veía apenas la nariz y un dedo de frente entre el boscaje de pelos. Uno de ellos desnudó el facón de pronto, y tentó la punta con el dedo. Enseguida hizo hincar al soldado, tironeándolo con fuerza,...

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