Ismael : 23

Ismael : 23 de Eduardo Acevedo Díaz Los montes extensos del Río Negro, asilaban como hemos dicho, el mayor número de matreros; que ora vivían aislados, y en grupos de dos o tres en parajes desconocidos, ora en bandas de treinta y cuarenta, allí donde eran más apropiados los claros o potriles de la selva. El observador que no estuviese en el secreto de las astucias y estratagemas usadas por los habitantes de las malezas, difícilmente podría descubrir huella o signo de vida en el mismo centro de sus maniobras; aún en el caso, inverosímil, de que él se hubiese aventurado hasta allí, sin recibir antes un golpe de facón o una descarga de trabuco a quemarropa. Sus únicos refugios contra el hielo, el rigor de los inviernos, las lluvias torrenciales y la crudeza de los vientos, consistían en las espesuras del follaje o en los zarzos hechos con ramas flexibles en forma de ranchos que cubrían y recubrían...

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