Ismael : 22

Ismael : 22 de Eduardo Acevedo Díaz Las gentes del preboste solían establecerse en puntos estratégicos; y entonces la reclusión era obligada. De lo alto de una palmera que los más ágiles escalaban, después de practicar escisiones que sirviesen de puntos de apoyo al pie desnudo, los matreros dominaban el paisaje, desde el fondo del bosque, y seguían todos los movimientos de la Hermandad, o en su caso, de la caballería reglada. El vigía no podía encontrar mejor atalaya; y lo cierto es que el monte estaba atalayado, con sus palmas a intervalos, en vez de ladroneras. A cualquier rumbo se escudriñaba sin inquietud alguna. De la línea verde del bosque solo sobresalían las copas de los palmares, simulando caprichosos quita-soles, de modo que el vigía ascendía hasta donde era prudente, sin ser visto de las altas lomas. Encubríalo el follaje por completo. Si movido el campamento, algún...

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