Ismael : 19

Ismael : 19 de Eduardo Acevedo Díaz Ismael alargó las manos temblorosas, y empezó a tantear. Ella dejó hacer. Mirole y sonriole, con los ojos húmedos y brillantes. Alguna vez pasó sus dos manos sobre las de él, no para reprimirles sus nerviosos tanteos, sino para acariciarlas. Sentíase feliz. Los alientos del varón le encendían la sangre, quemándole todo el cuerpo, y se abandonaba sin resistencias, acercando y retirando su cabeza del pecho de su amante, con esos movimientos bruscos al principio, pausados luego, de una voluntad que se rinde. En cierto momento él la estrujó en un arrebato enérgico. Suspiró Felisa, acercole otra vez su boca ardiendo, e hízole presa el labio con los dientes. Quiso él desasirse por un segundo, echando atrás el rostro; más ella le cogió suave con las dos manos de los rulos, y volvió a beber fuego en aquella boca sombreada por un bigotillo negro, con...

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