Ismael : 10

Ismael : 10 de Eduardo Acevedo Díaz Ismael Velarde era un gauchito sin hogar. La existencia azarosa, en medio de cuyos conflictos lo presentamos, no fue sin embargo la de sus primeros años de juventud. Aunque errante e indolente, por inclinación y por hábito, cumpliéndose en él y en casi todos los de su época de una manera fatal la ley de la herencia, tenía cierto cariño al trabajo rudo que pone a prueba el músculo y nutre al organismo con jugo salvaje. Sentía pasión por la vida libre, indisciplinada, licenciosa; pero le era también agradable por orgullo de raza que se fiasen de él, cuando hacía promesa de sudar en la labor honesta. Esta conciencia de su responsabilidad moral, impresa en su semblante, abríale sin sospechas depresivas el camino del trabajo. Los que lo oían, creían desde el principio de buena fe, que él sería capaz de cumplir con su deber. Pobre, solo, inculto,...

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