Introducción Manuel de Falla

FALLA es uno de esos españoles universales enamorados de su patria a quienes, en determinado momento, les dolió España, como les dolió a Feijoo, a Jovellanos, a Ganivet, a los del 98 y a los del 27, a tantos españoles de ayer y de hoy. Con el alma puesta en españa viajó tempranamente a aquel parís que, al filo del cambio de siglo, era capital cultural de europa, para alimentar y orientar su temprana y espléndida inspiración musical; con el alma puesta en españa viajó después repetidas veces por europa para asistir a los estrenos de sus obras cuando, una vez más, se cumplía aquello de que nadie es profeta en su tierra: triunfó en europa para que se le conociera en españa; y viajó definitivamente a argentina, con el alma puesta en españa, cuando los horrores que había vivido en 1936-38 y los que, a finales de septiembre de 1938, se cernían por la vieja europa. Falla fue, por otro lado, aparte de un gran músico, un católico convencido y no tan convencional como...

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