Introducción de Gabriela Mistral

GABRIELA Mistral es una figura indiscutible, como persona y como escritora. Es, además, un símbolo, un ejemplo típico de vocación: «Yo también seré maestra, como mi hermana Emelina; ya lo tengo decidido. Tendré mis alumnos, el bullicio en los patios y lecciones dichas en voz alta en alguna escuelita.» Quizá no supo de teorías pedagógicas, pero sí entendió de niños. No cursó estudios superiores, pero sí aprendió la gran lección de que la pedagogía es acercamiento, comunicación, identificación con el niño para ayudarle a hacerse adulto por sí mismo. Enamorada de su vocación, su gran empeño fue despertar vocaciones asumidas como una voluntad de servicio a los demás: «Un educador mediocre, un político mediocre, un artesano mediocre, un abogado deshonesto, no cumplen con su vocación.» Perdida durante años por las «escuelitas» de perdidos pueblecitos andinos, vivió feliz entre humildísimas gentes, entregada a sus dos pasiones más hondas: la enseñanza y...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información