Insolación: 08

Capítulo VIII 08 Pág. 08 de 22 Insolación Emilia Pardo Bazán Convengamos: pero también en que Pacheco, habiéndose portado tan correctamente al principio, no debió luego echarla a perder. Si yo, por culpa de las circunstancias -eso es, de las circunstancias inesperadísimas en que me he visto- pude darle algún pie, a la verdad, ningún caballero se aprovecha de ocasiones semejantes; al contrario, en ellas debe manifestar su educación, si la tiene. Yo me trastorné completamente, por lo mismo que nunca anduve en pasos como estos; yo no estaba en mi cabal juicio; no señor; yo no tenía responsabilidad, y él, el grandísimo pillo, tan sereno como si le acabasen de enfriar en el pozo... Lo dicho: ¡fue una osadía, una serranada incalificable! Cuanto más lo pienso... ¡Un hombre que hace veinticuatro horas no había cruzado conmigo media docena de palabras; un hombre que ni siquiera es visita mía! Cierta heroína de novela, de las que yo leía siendo...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información