Infanticida: 6

Infanticida Capítulo VI de Joaquín Dicenta Por su cuenta faltaban dos meses para que el suceso arribara; y, sin embargo, aquella noche, a poco de acostarse, sobre la una de la madrugada, experimentó Hortensia un extraño desasosiego, una convulsión en todo su organismo a la que siguieron sordos y espaciados dolores. ¿Sería...? Pero ¿cómo tan pronto? Ella pensaba en resolver, en determinar alguna cosa que salvara el conflicto. Sólo que había imaginado disponer de más tiempo. Si ello ocurría ahora, el conflicto resultaba más grave. ¡No, no era posible!... No podía haberse equivocado a tal punto. ¿Posible? Cierto era. La criatura se adelantaba en dos meses al tiempo natural. Las presiones, fajamientos y artes empleados por Hortensia para disimular su falta, aceleraban el advenimiento del infante. No como en claustro, como en cárcel vivió éste; sentía que le trataban mal, que no era amado en su nido de carne y se daba prisa a dejarlo, a buscar espacios nuevos...

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