Infanticida: 2

Infanticida Capítulo II de Joaquín Dicenta Entre las personas que con mayor intimidad recibían en su domicilio los Urda, contábase D. Juan Crisóstomo del Valle, marqués de Pedrañera. Era hombre ya maduro, de cuarenta cumplidos, pero aún daba planta de galán y llamaba la atención de las hembras, no obstante las canas que salpicaban sus cabellos castaños y las arruguillas que araban su rostro, descarándose con más hondo surco en el ángulo de los párpados y en la piel de la frente. Ayudaban al marqués en esta prolongación de su juventud, a más del cuerpo, erguido y moceril, de la apostura prócer y del bien cuidado trajeo, unos ojos claros que de veinte años parecían, un bigote a la borgoñona rizado, y una sonrisa, abierta por bajo del bigote para descubrir la completa y blanquísima dentadura. Fue el padre de D. Juan Crisóstomo, personaje influyente en la política española, quien ayudó a Antonio MéndezUrda en sus gateos burocráticos. Dicho se está que...

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