I. Antecedentes

LA pérdida para España de la América que había descubierto, poblado y colonizado, en una épica epopeya que no tiene ni tendrá semejante en la Historia del mundo, se inicia, como un hecho fatal, esperado e irremediable, en el siglo XVIII. Durante el gobierno de la Casa de Austria el Rey era para los españoles la fuente del honor y de la autoridad, como encarnación del Estado; pero era, al mismo tiempo, el primer servidor de la República, el primer esclavo del deber, como ministro de Dios. El Rey era, por consiguiente, objeto de respeto y de obediencia en tanto que cumplía, vivía y gobernaba como Rey cristiano. Las órdenes del Rey no deben ser obedecidas si van contra la justicia. Hay una ley justa, externa al Rey, superior al Rey y que se aplica a él como al resto de todos los hombres: es la ley dictada por la razón a todo hombre sensato; lo que el padre Vitoria llama judicium sapientis. Este es el matiz que distingue a la dinastía austríaca, calificada muy...

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