Huellas: 55

Huellas literariasLa guillotina de Luis Bonafoux ¡Cuántas veces, invadido por la nostalgia de la playa, he salido de Madrid en persecución del mar que me hacía dar tumbos, cuando no me pegaba a la arena, en los regocijados días de la infancia! Yo también fui poeta cuando cogía cangrejos de mar, allá en mi playa; y aun hoy mismo, de regreso del país de las mentiras, suelo echar una poesía al aire -poesía que no publico, para que no digan;- amasada con rocío del campo y lágrimas de mujer. La poesía que no me entra por el corazón no me resulta poesía, aunque esté rimada a maravilla y exornada con vistosa hojarasca de galas retóricas. El Idilio de Núñez de Arce me sabe mejor que todas las demás producciones del egregio valisoletano; y Bécquer, el infortunado enfermo del corazón, me parece, con su desmadejado aspecto de trovador antiguo y sus insolubles tristezas ante el paisaje de la vida, prosaica e ingrata, el más hermoso de los poetas españoles del siglo...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información