Huellas: 44

Huellas literariasLos barbos - Se nos mueren sin remedio de Luis Bonafoux El Sr. Jousset de Bellesme, director del acuario del Trocadero, nos da hoy los buenos días con una noticia horrorosa: ¡Les llegó la hora a los barbos! Las mujeres de Abisinia pasan las noches en vela, según refiere, un corresponsal del Temps, vestidas con sudarios y dando gritos horribles cuando muere un colérico. No se puede dormir en el pueblo. Ni en las riberas del Sena. Los pescadores, inconsolables, lloran sobre los difuntos. ¡Pobres barbos! ¡tan jóvenes y ya tan desgraciados! En los albores de la vida, cuando prometen mucho bueno y son legítima esperanza de los gastrónomos, bajan los barbos a la tumba, prematura e inmerecida. -Como bajar, no bajan; se dejan llevar, con el vientre al aire, por la corriente del Sena. ¿De qué y por qué mueren? Ya lo dice el señor Bellesme: porque les entran microbios, como si los barbos fueran personas. Es un microbio miserable y contrahecho -algo así como...

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