Huellas: 28

Huellas literariasVírgenes y santos de Luis Bonafoux Nos acercamos al momento contemplativo, de recogimiento absoluto y santo, después de las juergas corridas por Carnaval. No podemos decir: «Pésanos, Señor, de haberos ofendido... no lo volveremos a hacer más», porque sí volveremos por Carnaval del año próximo. Es el tejer y destejer constante de la vida. Si no hubiera pecados, no habría tampoco actos de contrición y penitencia; perdería su carrera el confesor de almas y perdería su oficio el obrero que hace confesonarios. Los santos y las vírgenes, que viven retirados en sus respectivos templos, se preparan, o los preparan, para salir a dar una vueltecita. Algunas señoras piadosas y ricas regalan prendas de vestir a las venerandas imágenes. Es una costumbre tradicional, digna del mayor respeto. Los extranjeros, singularmente los ingleses, vienen en bandadas a gozar de nuestras procesiones, y después de verlas nos inspeccionan con cierto asombro. Somos una...

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