Historia de soldados

Cuando de ti me desentierra el díacon sus ásperos oficios y me repone a los sucesos,como si al final de esa navegación nocturnaen la que hemos llorado y conversado, llorado y permanecido,debiera regresar a recoger mis pasos,caminando a morir, como el ancianovencido a lento plazo por sí mismo,sólo entonces, fríamente despegado de tu piel,gravemente solitario, entro a mi vacío trajeque te sintió a su lado cada víspera,pregunto por ti, por mí, por qué sucede,por qué así, hablando de las cosascuya balanza se rompe sin perdón en tu rodillas. Después de aquel tendero elementalque espantó tus muslos de hermética cerveza,después de ese judío persistente, despuésdel otro que a pie disperso te perdía,¿fui yo el último soldado, el de los últimospies, el que vino a recoger ya sólo tu vestigiocomo la condecoración del que cayó a mi lado? ¿Fue acaso tu deseo desertor, ola ciegaque se rompe antes de encontrar su cúpula,quien llevó mis cenizas a tu vientre baldío?Oh...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información