Grito de gloria : 25

Grito de gloria : 25 de Eduardo Acevedo Díaz En esas largas noches de invierno, don Carlos retenía a sus amigos de confianza algunas horas al amor de la lumbre, comentando con la mayor minuciosidad todos los sucesos y abriendo juicios sobre cosas de futuro. Ya no era un misterio que el barón de la Laguna se había resistido a emplear sus tropas de línea en una campaña contra las irregulares de la revolución, y aconsejado a su soberano que sólo destinase a ese objeto el elemento similar río-grandense, apto y suficiente para detener sus progresos y domeñar sus ímpetus, concluyendo de un golpe a cercén con la obra de la temeridad. Fundaba su opinión en la experiencia adquirida. Sus datos ciertos denunciaban un país casi despoblado, cuyos escasos moradores, grandes jinetes, aparte de una bravura indomable, robustecían su acción y su audacia en la alianza natural con las ventajas del terreno, pidiendo a las...

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