Gotas de Sangre: 23

Gotas de Sangre (Crímenes y criminales) de Luis Bonafoux Viviendo de milagro Aunque Le Soleil haya dicho que, en estos tiempos de chifladura general, los atentados apasionan e interesan muy poco al público de París, por fin las gentes empiezan a ocuparse seriamente de cómo se podrá salir a la calle con probabilidades de volver a casa o, por lo menos, con esperanzas de que no le corten a uno las narices. Hay que decir, en honor de la verdad, que los muertos a tiros o cuchilladas están en minoría. En los más de los casos, el agresor se limita a cortarle las orejas a la víctima o a comerle la nariz -que, a lo que parece, es bocado exquisito-, y al día siguiente, la Prensa publica los retratos del agresor y de la víctima -con la cabeza como la de un mastín- y aparte dos setas, que son las orejas cortadas. ¿Por qué se las cortaron a ese?, se pregunta el público. Se las cortaron porque sí. ¿Y con qué motivo le comieron la nariz a ese otro? Con ningún motivo....

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