González Bribón

González Bribón de Leopoldo Alas Es más bien bajo que alto; tiene unos ojos azules muy fríos, que, por lo punzantes, parecen oscuros (porque lo azul no pincha, como opinarán los decadentes americanos, que todo lo ven azul); cuando González Bribón mira sin odio (sin amor siempre mira) sus ojos claros parecen un lago, es decir, dos... helado, helados. Una noche salimos de un estreno de Echegaray, de aquellos que levantan verdaderas tempestades; era en tiempos en que el burgués de las inverosimilitudes todavía no era crítico. Salíamos riñendo, como siempre; entusiasmados nosotros, indignados los enemigos; entre el barullo, junto al guardarropa, tropecé con Bribón. Me fui a él. -¿Y usted? ¿Qué opina usted?... ¿Es usted de los nuestros, o es usted de los indignados?... -Soy de los indignados, porque... me han perdido el gabán. -Pero ¿qué opina usted? -Opino eso, que me entreguen el gabán. Por lo visto pareció el gabán de pieles de González Bribón, y en él...

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