Gloria: 69
Gloria Segunda parte - Capítulo XXX
de Benito Pérez Galdós
La visión del hombre sobre las aguas
Gloria y sus tíos subieron tan taciturnos los cuatro, que parecían estatuas movibles. Por la fisonomía de cada uno podía colegirse el estado de su alma. Serafinita y el arzobispo oraban, D. Buenaventura renegaba. Gloria sonreía, y al mismo tiempo su palidez tomaba un tinte cadavérico. Al entrar en su cuarto se sentó entre Serafinita y el prelado, cada uno de los cuales le tomaba una mano.
-¿Qué tal te encuentras, chiquilla? -dijo Su Eminencia tratando de dar un giro festivo a la situación.
-Muy bien, tío.
-Mira tú por dónde ha venido a resultar que escogieras el camino más corto para llegar al Cielo -añadió D. Ángel-. Dime la verdad, ¿está tu alma tranquila?
-Sí señor, me parece que tengo tranquilidad, o una cosa que es como la tranquilidad -dijo Gloria oprimiéndose el pecho.
-¿Estás contenta?
-Sí señor. Cuando dije lo que puso fin a las cuestiones, lo...
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