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Gloria Segunda parte - Capítulo VII de Benito Pérez Galdós Tía y sobrina Después de la procesión de las palmas y de la bellísima ceremonia y cánticos en la puerta al regreso de aquella, se celebró la misa de Pasión. Muy tarde salieron de ella, y don Buenaventura fue en busca de su sobrina para dirigirse a la casa, donde les aguardaba la comida. No les acompañó a esta función doña Serafina porque ayunaba, y sin más sustento que el chocolate se estaba todo el día en la iglesia hasta el anochecer, hora en que iba a su casa y tomaba la colación. D. Buenaventura llevó nuevamente a Gloria por la tarde a la Abadía para que viese salir la procesión del Salvador. Dejola en la capilla; repitiose el mismo desaire de la mañana; pero ni un instante decayó el valeroso ánimo de la joven. Cuando se puso en marcha la procesión y salió el Salvador, Gloria cerró los ojos para no verlo. Pasaron, salieron todos, santos, clérigos, señores, pueblo. En la Abadía no quedan...

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