Gloria: 25

Gloria Primera parte - Capítulo XXV de Benito Pérez Galdós Otra A los dos días de esta escena y después de almorzar, Gloria estaba en su cuarto muy atareada. Había salido por la mañana a comprar algunas telas y luego revolvía sus roperos buscando todo aquello con que pudiera vestir la desnudez de los hijos de Caifás. El señor obispo entró a la sazón y le dijo, mostrándole un envoltorio de papel: -Mira, sobrinita, esto es todo lo que poseo. Los tiempos revolucionarios nos tienen a los pobres obispos a la cuarta pregunta. -¡Oh! ¡tío, qué bueno es usted!... ¿a ver? -dijo Gloria sacando las monedas del papelejo que las aprisionaba-. Esto es un caudal: con esto y con lo que yo tengo le desempeñaremos a Caifás los colchones, parte de la ropa y las herramientas para que trabaje y sea hombre de bien. -Has pensado admirablemente. Yo siento no tener más. He rebañado, hija mía, he rebañado mi erario sin poder reunir ni un ochavo más. ¿Pero no ves que estamos...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información